Descripción: Arbusto caducifolio de 1-2 m de altura en cultivo, con el follaje denso y las ramillas delgadas, subglabras o con diminuta pubescencia, con los entrenudos muy cortos. Estípulas de 0,5-1 cm de longitud, rojizas, de subglabras a diminutamente pubérulas, persistentes o subpersistentes. Hojas alternas, a menudo dando la apariencia de estar agrupadas por la proximidad de los entrenudos; lámina lanceolada, más raramente linear, de 3-7,5 x 0,3-1,5 cm, con la base cuneada, el margen entero y ligeramente revoluto, y el ápice obtuso o más raramente agudo. Tienen una textura subcoriácea, y son de color verde claro y glabras en ambas caras, con el nervio central amarillento y destacado y la nerviación lateral poco visible, formada por 10-18 pares de nervios laterales, bastante próximos y más o menos paralelos. Pecíolo de 0,4-1,2 mm de largo, diminutamente pubérulo. Siconos axilares, dispuestos en pares, sobre pedúnculos pubérulos de 2-3 mm de longitud. Receptáculos de subglobosos a elipsoides, de 0,6-1 cm de diámetro, glabros o subglabros, de color rosado y a menudo con puntos amarillentos. Ostíolo de 1-1,5 mm de diámetro, bastante prominente en el ápice del sicono. Brácteas basales 2, de 1 mm de largo, pubérulas, caducas.

Cultivo y usos: Arbusto muy utilizado en las técnicas de bonsái y que solía comercializarse bajo el nombre de Ficus neriifolia regularis o Ficus salicifolia, ambos mal aplicados. Fue C.C.Berg quien se dió cuenta analizando material de esta planta que la especie, aun siendo parecida a F. pallida y F. schumacheri, era una especie nueva y estaba sin describir, apareciendo la descripción en el año 2004 en la revista Brittonia.